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El informe emitido desde Bruselas recuerda que tras la resolución del Popular se emprendieron acciones legales contra el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Mientras, los tribunales suspendieron todos los procedimientos contra la operación a la espera del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE).
“Como no existe un plan de protección de activos en la venta, en principio el Santander sería responsable de otras demandas”, dice textualmente el documento. A pesar de todo, el organismo señala que la compra del Popular “fue exitosa” ya que los clientes no sufrieron pérdidas y no tuvo hizo temblar la estabilidad financiera del continente.
Como explicó este medio, varios grupos de accionistas ya denunciaron en enero al Banco Santander por enriquecimiento injusto. La demanda la interpuso el despacho JAUSAS, que representa a 315 accionistas con pérdidas de 110 millones, aunque solamente presentó la denuncia de una accionista, una viuda de 80 años que invirtió 50.000 euros en bonos del Popular. Dichos bonos se convirtieron en acciones y los perdió. Para compensar a los accionistas que invirtieron en bonos o fueron a la ampliación de capital de 2016, el Santander lanzó un bono de fidelización, que fue aceptado por el 78% de los afectados.
La demanda mantiene que el banco de Botín se enriqueció injustamente porque compró por un euro un banco que en realidad valía 4.500 millones de euros. Para fijar este valor, el despacho de abogados se basó en el consenso de los analistas, teniendo en cuenta especialmente la opinión de los analistas del Santander, el incremento de valor del primer banco de España tras la compra y las valoraciones que hace en sus propias presentaciones.
La CE advierte de la «expansión» de los créditos al consumo
Pero la carpeta del banco no está cerrada. La Comisión Europea califica como desafío el futuro de la entidad, aunque clarifica que el sistema español “disfruta de una cómoda liquidez general”.
Otra nota positiva es el bajo nivel de préstamos dudosos, que han rebajado la exposición de las firmas españolas hasta la media europea. «La reciente expansión de los créditos a los consumidores merece una vigilancia cercana», matiza.
Los otros nubarrones negros que podrían afectar a la banca es la entrada en vigor de Normativa Internacional de Instrumentos Financieros 9 y los bajos tipos de interés, que presionan los márgenes de las entidades.