1.- Menor coste. Al ofrecer esta solución, Santander exige a los clientes del Popular que renuncien a poner demandas contra estas dos entidades. Con ello, evitarían dos potenciales costes. El primero, la demanda adicional de quien hubiera comprado acciones del Popular en la ampliación de capital y previa o posteriormente en el mercado secundario, ya que tendría que renunciar a demandas por las adquisiciones en mercado. Y segundo, porque al buscar una solución extrajudicial el banco se evita las costas y los intereses legales, que hubieran sido millonarios.
2. Riesgo reputacional. Junto al coste real que se ahorra Santander, está el coste reputacional de tener manifestaciones de afectados en sus oficinas y quejas constantes de clientes. Esto es algo que sufrieron durante años las entidades que provocaron pérdidas a sus preferentistas: Bankia, Catalunya Banc y las cajas gallegas.
3. Recuperar negocio. Junto al requisito de renunciar a acciones legales, Santander exige a los clientes que quieran beneficiarse de su oferta recuperar al menos el mismo nivel de vinculación que tenían antes del rescate del Popular. Con ello, la entidad recobrará todo el negocio que se ha fugado en estos meses y se asegurará su fidelidad durante los al menos siete años antes de que se amortice el bono. 4. Fidelizar a la plantilla. Gran parte de los accionistas y bonistas afectados por el rescate de Popular son empleados. Al compensarles, Santander se asegura de que mejore el clima en la plantilla, algo clave para sostener el negocio.5. Refuerza capital. El bono elegido por Santander para la compensación permite al grupo reforzar el capital que más demandan las autoridades: el colchón anticrisis. Se trata de emisiones de deuda que responderían de una resolución de la entidad, como ocurrió con la deuda subordinada del Popular que ahora busca compensar.
6. Dinero ya descontado en el rescate. Tal y como explican desde el bufete Jausas, que tiene una demanda en marcha contra Santander, los 981 millones de deuda emitida para la compensación ya estaban descontados en las pérdidas del rescate del Popular, de forma que serían los propios accionistas y bonistas los que habrían financiado su compensación: "No hay ningún tipo de regalo para los inversores ya que el dinero procede del rescate del Banco Popular".