Los acuerdos de riesgo compartido son una opción interesante que debe aplicarse con prudencia. Si bien hasta ahora básicamente se han probado en fármacos innovadores, muy caros, su futuro puede no limitarse al ámbito de los nuevos medicamentos. Así lo señalaron los expertos que participaron en la LXI Jornada Fuinsa sobre las expectativas y futuro de estos acuerdos.
El primer acuerdo de riesgo compartido se firmó en Reino Unido en el año 2002. Desde entonces se ha converti...
Los acuerdos de riesgo compartido son una opción interesante que debe aplicarse con prudencia. Si bien hasta ahora básicamente se han probado en fármacos innovadores, muy caros, su futuro puede no limitarse al ámbito de los nuevos medicamentos. Así lo señalaron los expertos que participaron en la LXI Jornada Fuinsa sobre las expectativas y futuro de estos acuerdos.
El primer acuerdo de riesgo compartido se firmó en Reino Unido en el año 2002. Desde entonces se ha convertido en una fórmula de uso creciente para combinarlosintereses delaAdministración y de la industria farmacéutica. La experiencia acumulada arroja una valoración positiva en cuanto a sus resultados y abre caminos para los futuros acuerdos. Carmen del Castillo, jefa de Área de la Subdirección General de Calidad y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, no ve inconvenientes, más allá de la dificultad de hacer un seguimiento, en aplicarlos bien en Atención Primaria, bien en el hospital, para medicamentos ya comercializados cuyas condiciones o indicaciones hubieran cambiado desde que se incluyeron en la financiación, lo que implicaría una nueva negociación de precio.