Que la banca española viene actuando desde hace años con temerario desprecio a las reglas del juego era un secreto a voces. Basta con examinar las hemerotecas de revistas especializadas para ver que cuando la banca privada comercializab...
Que la banca española viene actuando desde hace años con temerario desprecio a las reglas del juego era un secreto a voces. Basta con examinar las hemerotecas de revistas especializadas para ver que cuando la banca privada comercializaba los famosos bonos estructurados a mediados de la pasada década, ya surgieron voces que criticaban las prácticas del sector porque estaban vendiendo a clientes no sofisticados para el público general.Cuando Caja Madrid emitió las tristemente famosas participaciones preferentes en 2009, no faltaron los periodistas económicos que alertaban del disparate que suponía colocar como productos seguros unas participaciones preferentes perpetuas con la única garantía de una entidad bancaria a la que los mercados habían cerrado el crédito. Tampoco faltaron los que alertaron cuando Bankia salió a Bolsa en el mes de julio de 2011.Parecía que los banqueros podían considerarse impunes y que nunca deberían afrontar responsabilidades.El peritaje de Bankia ordenado por el Juez Andreu, pone de relieve que esta situación puede cambiar.Además revela que lo que ha fallado no es la Ley, sino los administradores y directivos, los auditores, y también los organismos reguladores -la CNMV y el Banco de España-.A tenor de los resultados del peritaje, los administradores y directivos del grupo tenían experiencia y conocimientos para interpretar los datos y extraer conclusiones. Disponían de información sobre el deterioro de los activos crediticios y de las participadas y pudieron solicitar tasaciones actualizadas de los activos inmobiliarios y, por tanto, parece acreditado que podrían haber incurrido en responsabilidad penal.Respecto de los auditores no hay que olvidar que revisaron (si no participaron activamente) en la formulación de las cuentas de Bankia que dieron lugar a la salida a Bolsa, cuentas que ahora los peritos han determinado que no son un fiel reflejo de la realidad económica de la entidad.Y si hablamos de los reguladores, hay que recordar que el pasado 3 de Marzo de 2014 Miguel Blesa declaró en la pieza separada por la comercialización de las participaciones preferentes, que Caja Madrid tenía inspectores ubicados permanentemente en la Caja y que el Banco de España realizaba un "control permanente" sobre la entidad. Respecto a este último recuérdese las premonitorias palabras de la Asociación de Inspectores del Banco de España "la reacción ante los indicios de delito es mirar para otro lado".Con la mención de que en la salida a Bolsa hubo compras inexplicables realizadas por clientes de Bankia con riesgos refinanciados y retrasos en sus cuotas y ventas inmediatas tras la Oferta Pública de Suscripción (OPS), se pone de relieve una presunta maquinación para alterar el precio de las acciones.Con el encargo del informe pericial y de los resultados que se desprenden de él, el Juez Andreu ha dado un vuelco a la realidad jurídica de este país. Y puede dar lugar a una responsabilidad hasta ahora nunca declarada de todas las personas que se confabularon para causar un perjuicio a los compradores de acciones, no solo particulares sino también inversores institucionales y fondos de inversión.Llegados a este punto es previsible que la fase de instrucción finalice en pocos meses y se inicie una fase de acusación y responsabilidad civil que dará mucho que hablar.Lo dicho, y aunque no esté de moda, por fin podemos decir que algo funciona en nuestro país.